El Gatopardo
Autor: Giuseppe Tomasi de Lampedusa
Hyspamerica ediciones Argentina S.A
Año de publicación: 1958
Título original: Il Gattopardo
Idioma original: Italiano
Traducción: Fernando Gutierrez
Me
acuerdo de haber comprado El Gatopardo
a comienzos de febrero de este año en una librería de viejo en la calle
Corrientes, donde, de una mesa de libros usados en promoción de 3x $300. La
compra tuvo sentido, ya que además de la novela de di Lampedusa y el Retrato del Artista Adolescente de Joyce
conseguí una antología de poemas de Luís de Góngora, que necesitaba para un seminario
de verano de la facultad sobre poesía española del siglo de oro. La mención de
Góngora no es un alarde de erudición o algo por el estilo, sino que, sin
quererlo, la Sicilia que aparece en la Fabula
de Polifemo y Galatea del español, es esa misma isla que aparece como
epicentro en Il Gatopardo, con su
exuberancia y su carácter onírico.
Sin
embargo, los años que separan la mitológica isla del poeta cordobés del
escenario de di Lampedusa no han pasado en vano. Sicilia es un reino
económicamente debilitado y con una impronta aristocrática y religiosa que vio
pasar sus días de gloria para ceder ante el proceso de reunificación comandado
por el reino de Piamonte-Cerdeña. Como bien expone el príncipe Fabrizio, por la
isla han pasado una gran cantidad de dominadores extranjeros, deseosos de
controlar el estratégico centro del Mediterráneo, y la expedición de Garibaldi
y sus "camisas rojas" en 1860 no es vista como una excepción:
"…El sueño, querido Chevalley, el sueño es lo que los
sicilianos quieren, ellos odiarán siempre a quien los quiera despertar, aunque
sea para ofrecerles los más hermosos regalos. Y, dicho sea entre nosotros,
tengo mis dudas con respecto a que el nuevo reino tenga en la maleta muchos regalos
para nosotros. Todas las manifestaciones sicilianas son manifestaciones
oníricas, hasta las más violentas: nuestra sensualidad es deseo de olvido, los
tiros y las cuchilladas, deseo de muerte; deseo de inmovilidad voluptuosa, es
decir, también la muerte, nuestra pereza, nuestros sorbetes de escorzonera y de
canela…"
El
foco de la novela apunta a los Salina, una familia noble siciliana encabezada
por el príncipe Fabrizio, que ve como el triunfo piamontés es solo cuestión de
tiempo, y que el viejo orden por él representado se está apagando a la par de su propio envejecimiento. Sin embargo, podemos ver en algunas actitudes del príncipe y,
fundamentalmente, de su sobrino Tancredi, que combate junto a los hombres de Garibaldi, la posibilidad de
adaptarse a los nuevos vientos políticos a partir de la célebre frase: "Si queremos que todo siga como está,
necesitamos que todo cambie ". Curiosamente, tan fuerte fue el impacto
del libro que en la política italiana se utiliza el término gatopardismo para
describir estos cambios aparentes, pero que no cuestionan la estructura
profunda de la sociedad.
Los nobles del reino de las Dos Sicilias serán reemplazados por la burocracia y los grandes usureros como el alcalde Calogero Sedàra, quienes intentarán adaptarse a los modos aristocráticos mediante imposturas y matrimonios estratégicos. El pesimismo ante el naciente Reino de Italia a los ojos de la nobleza se traduce en el pasaje del antiguo y prestigioso gatopardo, emblema de la familia Salina, a animales carroñeros como hienas o chacales, identificados con los burgueses, que traen ciertos tienes de modernidad pero solo suponen el cambio en la clase dominante y no en las relaciones de dominación.
Los nobles del reino de las Dos Sicilias serán reemplazados por la burocracia y los grandes usureros como el alcalde Calogero Sedàra, quienes intentarán adaptarse a los modos aristocráticos mediante imposturas y matrimonios estratégicos. El pesimismo ante el naciente Reino de Italia a los ojos de la nobleza se traduce en el pasaje del antiguo y prestigioso gatopardo, emblema de la familia Salina, a animales carroñeros como hienas o chacales, identificados con los burgueses, que traen ciertos tienes de modernidad pero solo suponen el cambio en la clase dominante y no en las relaciones de dominación.
Castillo de Donnafugata, Sicilia. |
Esta actitud puede ser leída también en
términos de un carácter siciliano, acostumbrado a adaptarse frente al dominio
extranjero de la isla, algo que personalmente desconozco pero que no deja de
ser un tanto determinista, aunque esto es literatura, y si los personajes son
consistentes y la novela está tan bien escrita uno puede pasarlo por alto. Que el texto esté ambientado en una época
particular no quiere decir que solamente se cierna a ella, sino que se sirve de
ella para plasmar una historia frente a la Historia con mayúsculas.
Podemos ver a lo largo de los años marcados al
inicio de cada capítulo que uno de los grandes temas de la novela es el paso
del tiempo, las ilusiones de la juventud y la nostalgia de la vejez, sobre todo
en el personaje de Concetta y lo simbólico de la escena final. Puede ser que
por momentos ciertas actitudes parezcan propias de una novela del siglo XIX,
con sus vaivenes aristocráticos y sus largas descripciones, incluso puede verse
como un defecto, pero me resulta extremadamente acorde a la lógica de una
nobleza venida a menos que deja paso a lo nuevo, el detenerse en el preciosismo
de los jardines o en la impostura de los bailes, y aún en estos espacios hay
elementos que destruyen esa burbuja y nos sitúa en otro espacio; un espacio creado a la luz de una escritura que se sirve de ecos del pasado para contar algo nuevo, algo que forje una visión nueva y que hace de Il gatopardo una gran novela.
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